Aquí tenía libertad para escoger los sabores que yo quisiera y me decidí por un bizcocho de pueblo. Esta receta despertó mi curiosidad por tres motivos, primero no hay que tamizar la harina (algunas veces se nos olvida, y cuando no, resulta pesado hacerlo), segundo no lleva aceite ni mantequilla, y tercero tampoco lleva levadura. Me parece un bizcocho mas sano que muchos otros, además, llena la casa un aroma....... a los hogares de antaño, yo casi esperaba ver entrar a mi abuela por la puerta, de lo intenso que fue el recuerdo olfativo.
Ingredientes:
30g azúcar vainillado
80g azúcar
70g harina
30g maizena
4 huevos
Pizca de sal
Preparación de un bizcocho de pueblo rico y esponjoso.
Precalentar el horno a 180º
Enharinar y engrasar un molde de 20 cm.
Batir el huevo con el azúcar (los dos, el vainillado también) con unas varillas eléctricas o algún robot de cocina, hay que batir muy bien hasta que tripliquen su volumen, cuanto mas batidos estén mas aire cogeran los huevos y mas esponjoso quedará nuestro bizcocho, así que batir sin miedo para montarlos bien.
En esta receta no es necesario tamizar la harina, simplemente hay que mezclar la harina de trigo con la maicena y la sal, y vamos añadiendo a cucharadas la harina a los huevos, mezclando con movimientos envolventes, hasta que quede una masa homogénea y sin grumos.
Verter la masa en el molde (de 20cm sale perfecto).
Llevar al horno durante 30 minutos.
Pinchar para comprobar que el bizcocho está bien hecho, y de ser así, sacar del horno y dejar templar unos minutos sin desmoldar.
Retirar el bizcocho del molde, dejar enfriar en una rejilla.
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